martes, 30 de julio de 2013

A Spinetta, el Flaco de siempre

Lo eterno es lo que nunca se entenderá del todo

Es sábado, once y cuarenta y tres de la noche. Mis amigos dicen que debería salir con ellos a tomar unos tragos, pero no será la primera vez que los rechace. Para eso tengo excusas perfectas que ante sus oídos no sonarán tanto así. Yo me entiendo, eso es lo que importa. No necesito que el resto me comprenda o finja tener algún sentido de afinidad con mis ideas. Y es inevitable pensar que con ese egoísmo tan preciso y mordaz se habrían creado alguna vez las obras de arte más bellas de la historia. Resulta evidente que jamás me compararía con alguno de esos grandes artistas que revolucionaron sus especialidades con su rebeldía e inalcanzables talentos, no llego a ser tan soberbio, pero si algo he de aprender de ellos es justamente que en las actitudes más pancistas aparecen esos destellos de inspiración que revelan la luz, así de pronto, y ya te encuentras escribiendo, pintando, componiendo, esculpiendo, viviendo. 

Y este sábado escucho a Spinetta, creo yo, el máximo exponente del arte ensimismado, egoísta, ese arte del "yo me entiendo y si tú no me entiendes por mí está bien". El Flaco, Luis Alberto Spinetta, un animal silvestre de elegante andar, encasillado en notas musicales fulgurantes y poseedor de una pluma yoísta y desmesurada al momento de escribir poesía. Quizás, como algún tiempo atrás lo dijera en una reunión donde coincidentemente (insisto, no es mi intención compararme) nadie me entendió, Luis es ese dios nórdico del rock latinoamericano (quizás del mundial, si acaso además de Björk existiera un artista tan incomprendido y tan influyente a la vez), ese ente todoluminoso, de idioma ininteligible, que pocos se han atrevido a explorar a profundidad, sin crear religiones como las que se crearon con García y otros músicos posteriores que absorbieran parte de su obra para dejar nuevos legados.

Así, escuchar a Luis es un viaje extraño repleto de misterios y códigos encriptados que no generan descargas desagradables, sino todo lo contrario. Da gusto dejarse llevar por lo que no entiendes cuando se trata de la música de Spinetta. Paradas obligatorias: Almendra, con eso empezó todo, para muchos, para Luis ya había comenzado desde mucho tiempo antes; una banda muy de la época, muy tradicional en lo musical, sí, pero de letras magistralmente revolucionarias, y con esto hundo también a los sobrevalorados Beatles y a Lennon, quienes dieron la pauta, pusieron el pase gol para este lado del campo, pero no hubo más; Spinetta puso el resto. Pescado Rabioso es la siguiente estación. La época blues de Luis, un estudioso de los ritmos americanos, también de la historia, porque si algo tenía Luis que no tuvieron muchos otros, es la posesión de una visión contextual y rica de nuestra cultura e influencias. Alguna vez le preguntaron por qué no hizo poesía en inglés, a lo que él respondería que el español le parecía un idioma mucho más cadencioso e ideal para su música, además que no sabía inglés.

Luego llegó Invisible y su durazno sangrando. Luis se hizo grande con las fábulas, se convirtió en un relator eximio de los mensajes indirectos, se hizo más comprensible pero a la vez más genial, algo que siempre escapó de sus deseos, pues rehuía constantemente de las imposiciones músico-sociales ("al músico/cantante hay que entenderlo, tiene que llegar, sino no vale", y tonterías así) que distribuían mayormente las disqueras. La favorita de muchos, incluyéndome, Jade, ¡oh, Jade!, cuánto jazz en el rock, cuánto jazz habitaba en el rock, cuánto de eso hay en todos. La diosa salvaje, para mí su canción más lograda, Dale gracias y así; como ven no hablo de reconocimientos ni profundizo en las canciones, porque no quiero entrar en hipocresías, muchas veces no lo entendí, pero sí presumo de haberme atrevido a entenderlo y de haber captado gran parte de su esencia, ¿cómo sé esto?, porque el corazón se me quería salir por la boca con sus acordes, con esa voz liviana y casi imperceptible, tan femenina y a la vez tan viril y aplomada. Ese es Luis.

El Flaco siguió experimentando con el retorno de Almendra y luego con los Socios del Desierto. Hizo discos como solista con diamantes por doquier, un disco a dúo con Fito (otro grande que aprendió mucho del Flaco y que siempre aprovechó cada agujero entre canción y canción para ensalzar el valor de su poesía y su música), que termina siendo desde mi perspectiva el mejor disco de Páez, aunque no el de Luis, desde luego. Nunca grabó con Cerati, quizás su alumno más aplicado y esmerado, aunque no llegó al promedio de sus niveles (mucho menos a los picos), y ya con eso le alcanzó para ser otro inmortal de nuestro rock. Con Charly es tema aparte. García es otro camino a la grandeza que, como no iba en línea recta, confluía a veces con el de Spinetta, llegando a esas maravillosas intersecciones estilo concierto Seru Giran y Spinetta Jade, lujos orgásmicos que quien escribe no pudo vivir a plenitud por cuestiones de edad y geografía, pero dejo claro que habría hecho lo que fuese necesario por haber sido testigo presencial de esos despliegues tan magnos de arte e innovación. Hoy, sin lugar a dudas, Charly reza por vos.

Sin embargo, dentro de todo lo incomprensible que pudo ser, el Flaco dejó frases en verso (y otras en entrevistas) dignas del recuerdo colectivo, cito algunas de ellas, no necesariamente porque sean las que considere mejores, aclarando, sólo con el objetivo de darlas a conocer, por si lo necesitan (las frases en verso y las citas de entrevistas):

  • "Aunque me fuercen yo nunca voy a decir que todo tiempo por pasado fue mejor... Mañana es mejor".
  • "Considero que el fanatismo no es musical".
  • "Vivimos en un mundo muy complejo donde hay gente que sufre injusticias tremendas y hambre, falta de trabajo...Bueno, nosotros los rockeros que estamos todos bien ¿qué nos creemos?"
  • "El amor es una vaca ausente de la cual mamo".
  • "(En un futuro) Una locomotora es la fuckin' Gioconda" (esta es una de mis favoritas pero nunca pude explicarla, ni podré)
  • "Duerme un poco y yo entretanto construiré un castillo con tu vientre hasta aquel sol".
  • "Frente a los vidrios de un banco, un anciano desfallece sin nombre".
  • "Tu cuerpo es la vigilia que enloqueció, vueltas al lugar son tus manos".
  • "Hoy que un hijo hiciste, cambia ya tu mente, cuídalo de dogas, nunca lo reprimas, dale el aura misma de tu sexo (...) Todas las hojas son del viento, ya que él las mueve hasta en la muerte; todas las hojas son del viento, menos la luz del sol".

Tenía que estar algo preparado para escribir sobre Luis, no me podía lanzar con mi ignorancia ilimitada, así que respiré hondo y escuché mucho en estos días, ahora vuelvo a este blog olvidado por mí mismo para rendirle este tributo tan poco válido, porque, ¿quién soy yo?, nadie, quizás, sólo alguien que lucha por comprender a un dios de idioma extraño que encuentra su valor en su egoísmo, en su ensimismamiento prolongado y genuino, y en su "entiéndanme los que puedan", porque es tan rico ese egoísmo como la poesía y como la herencia inconmensurable que nos dejó cuando se fuera hace pocos abriles, ¿quién soy yo?, sólo un gordo que admira a un Flaco con plumas de oro e impecable cerebro, alguien que nació un 23 de enero, varios años después de que él naciera, también, un 23 de enero. Regalos escondidos en este jardín de gente.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Corinne Bailey Rae

La nueva voz del R&B

Tras la para de algunos artistas emblemáticos del Jazz, Soul y R&B, la fresca voz de la cantautora Corinne Bailey Rae, asoma como la nueva insignia del estilo a nivel mundial. La inglesa de 32 años, ha demostrado tener argumentos de sobra para hacerse de un lugar en la exigente papila musical de los aficionados al género.

Aunque hoy disfruta del éxito, su vida no ha sido color de rosa ni mucho menos. Desde muy pequeña fue víctima de racismo en su lugar natal, Leeds, al norte de Inglaterra. Su color de piel tiene que ver mucho con el origen de su padre, nacido en San Cristóbal y Nieves, un país conformado por dos islas, perteneciente al Caribe americano. Al crecer perteneció a coros de iglesia y posteriormente se unió a pequeñas bandas que no lograron hacerla despegar en una carrera artística, por lo que decidió estudiar Literatura Inglesa en la universidad. Pero para costear dichos estudios, Corinne se vio obligada a trabajar por las noches. Consiguió un empleo como cantante de Jazz en un club de la ciudad, donde conoció al saxofonista Jason Rae, con quien se casaría (2001) cuando ella pasaba apenas los 22 años (y de ahí su segundo apellido). A partir de ese momento empezó a grabar demos con temas compuestos por ella misma y por su esposo, hasta que finalmente, en el año 2005, la firma discográfica EMI decidió grabar el disco titulado simplemente "Corinne Bailey Rae", con el cual la cantante logró la aceptación del exigente público europeo y posteriormente del americano.

Del disco se extraen temas como "Like a Star", "Breathless", "Put your records on" y "Trouble Sleeping", todos ellos habiendo llegado a principales lugares en el famoso ranking 'Billboard'. El 'Grammy' fue el colofón perfecto para una producción maravillosamente digerible y liviana, que casi sin esfuerzo pudo competir contra "pesos pesados" del R&B como la mismísima Alicia Keys. Las más de cuatro millones de copias vendidas, aseguraron el suceso del disco, que se había convertido en uno de los más vendidos de aquella temporada 2006-2007. Parecía que todos los caminos conducían hacia la mar de los sueños, pero el destino, cruel con Corinne, tenía preparada una nueva y difícil prueba.

En el 2008, Jason Rae fue encontrado muerto en la casa de un amigo suyo, se dice que por sobredosis. El duro momento que vivió Bailey Rae, hizo que detuviera algunos proyectos musicales por el lapso de dos años. Este año, decidió dejar atrás sus martirios para enrumbarse en una nueva aventura musical llamada "The Sea". Un disco que insiste en la exploración de ritmos Jazz, fusionándolos con ritmos Pop, para lograr esa fórmula digerible que tan buenos resultados dio en el disco anterior. En "The Sea" podemos encontrar algunos temas que aún direccionan hacia la tragedia de hace dos años, pero que a su vez develan una madurez musical interesante en la cantante y compositora. Además, a juzgar por los videoclips, se denota una atrevida intención de parte de Corinne, de mostrarse más mujer y sensual, en contracorriente a su primera imagen de inocente jovencita en sus primeros singles. Este cambio de imagen parece favorecer de gran manera a sus intereses comerciales, sin descuidar los musicales.

Hoy en día, Corinne Bailey Rae sigue promocionando "The Sea" en diversas presentaciones en el continente europeo y Norte América. Esperemos que pueda venir hacia el sur. Por mientras, sigamos disfrutando de su música, melancólica, alegre, sensual, animadora y revitalizante, todo en un solo paquete. Altamente recomendable.

jueves, 29 de julio de 2010

Tiro de Gracia

El Hip Hop tardío

Hace algunos años escuchábamos hasta por gusto una pegajosa canción que tenía como pista base a la legendaria rola "Just the two of us" de Grover Washington; sin embargo la letra era distinta y el ritmo final no se asemejaba en lo más mínimo al pegajoso soul gringo de los ochenta. Era más bien de bombos rápidos, y de fraseos complicadísimos, había que tener destreza para cantar así, para 'rapear' así, y Juan Pincel lo tenía simplemente todo para convertirse en el MC más importante de América Latina. Junto a Lenwa Dura formaron en el año 1993 el ya mítico grupo de Hip Hop chileno: 'Tiro de Gracia'.

En aquel entonces apenas reconocía el efecto "goma" que proyectaba "El juego verdadero" en los jóvenes de esa época, quienes comenzaban a descubrir las bondades del Hip Hop, rubro donde los peruanos aún no tenemos una cultura muy afianzada como sí la tenemos por ejemplo con el rock, la salsa o la cumbia. Sin embargo la cabida del Hip Hop latino se hizo más fuerte con el aporte de la banda sureña, que para ese entonces tenía ya grabado un disco, 'Ser Humano' (1997). El álbum fue un éxito total, y es hasta ahora, para la mayoría de seguidores de la banda, su mejor trabajo discográfico; del que se rescatan canciones como "Ser humano N02", "El juego verdadero" (su canción más conocida en Latinoamérica), "Corsario Universal", "Chupacabras", "Melaza" y "Combo 10", donde cuentan con la colaboración de varios Hip Hop'eros chilenos. El disco no sólo sirvió como un trampolín para la banda, sino que además comenzó a definirla como ideología, la cual tenía que ver mucho con los orígenes del Hip Hop en sí, es decir, música de marginales, en cuyas líricas se denotan una serie de protestas, sueños de libertad e igualdad, así como también las costumbres que se practican en ambientes netamente tercermundistas, incluyendo delitos, violencia, amores tormentosos y el consumo de drogas (la banda, desde el nombre de sus MC's, le hace apología al consumo de marihuana), todo esto adornado de palabras coloquiales, muchas de ellas rozando los límites de lo usualmente llamado "grosería" o "vulgaridad", pero dejando claro en la complejidad de las composiciones que no se trata de personas para nada ignorantes, sino más bien de gente muy bien instruída en sus propias influencias.

Los discos que siguieron no tuvieron la acogida de "Ser Humano", pero tienen también características rescatables, siendo lo más notorio los giros que ha ido dando el estilo inicial de Juan Pincel (llamado también Juan Sativo), y la molestia o disconformidad que esto generó en su compañero Lenwa Dura. En 1999 grabaron "Decisión", de donde se pueden sacar temas como "Joven de la pobla", "Decisión", "Eso de ser papá" y "Malasya", tema que fue encargado por el Ministerio de Justicia de Chile para tener más llegada a los jóvenes sobre la detención por sospecha. "Retorno de Misericordia" (2001) acercó a la banda a un estilo más soul, o R&B, alejándolo un poco de sus raíces Hip Hop'eras, sin embargo el trabajo tuvo una buena acogida en comparación a su predecesor. De este álbum se extraen temas con gran éxito comercial como "Sueños" y "América", prevaleciendo en la mayoría de temas características asociadas con instrumentos que no tenían nada que ver con el Hip Hop o Rap original, como por ejemplo el charango peruano. Para esta época Juan Sativo ya lucía un look más "reggae" que rapero, y ya se hablaba de ciertas diferencias entre los líderes de la agrupación.

"Patrón del vicio" (2003) no tuvo la acogida deseada, pero se desprenden temas interesantes como "Tag TDG" y "Mujer", una canción que estaba ya más pegada a ritmos fusión como el raggamuffin. En este álbum se hablaba de mensajes entre los líderes utilizando canciones, como "Buena Mierda". Finalmente Lenwa Dura grabó su último trabajo en Tiro de Gracia, llamado "Impacto Certero", un disco compilatorio con tres temas inéditos: "Somos MC's", "Mala leche" y "La vas a pagar". La separación de Lenwa Dura terminó en la obtención de los derechos para Juan Pincel, quien siguió con la banda para grabar un disco más. Este hecho dividió a la fanaticada de la banda, y terminó en dimes y diretes entre Lenwa y Juan, que hasta el momento no se han terminado.

El último disco de la banda se lanzaría este año y se titularía "Música de Vida". Sería el primer trabajo de Juan Pincel sin su ex compañero y la fanaticada lo está esperando con ansias para ver en qué se podría convertir Tiro de Gracia sin la influencia de Lenwa. Lo más probable es que sigan las diferencias; sin embargo los fanáticos tenemos la esperanza de que el espíritu de la banda nunca muera, más allá de que los miembros puedan cambiar.

El Hip Hop, me agarró un poco tarde, pero ya se me pegó; recomiendo la banda a todos los amantes del buen Rap, R&B, soul y Hip Hop.

jueves, 6 de mayo de 2010

"Confiá"

La madurez de un músico en 12 canciones

Tuvimos que esperar un tiempo que se nos hizo largo, muy largo, quizás demasiado para seguir maravillándonos con su prolijo pentagrama. Hasta que en Marzo, finalmente llegó a nuestras manos la última producción del genial Fito Páez, llamada "Confiá". Un disco que describe perfectamente las cualidades musicales y personales del carismático rosarino, mediante relatos e historias que bien pudieron ser extraídos de su vida personal o de las tantas experiencias de las cuales fue testigo en su larga y exitosa carrera como artista. El álbum consta de 12 canciones, cada una con diferentes matices respecto a la otra, pero sin descuidar los aspectos más sublimes que el músico adhiere a sus composiciones:

"Confiá", es la primera canción y el despegue perfecto para lo que vendrá después, una onda optimista emana de estas melodías, con letras simplemente encandiladoras, acompañadas por suaves notas; pero haciendo énfasis en las líricas, podemos sentir a un Fito absolútamente dedicado a enseñar (una constante que percibiremos en el desarrollo de todo el disco), "... cuando yo creí que estaba todo bien, en realidad estaba haciendo todo exactamente mal...", empeñado en demostrar que la única forma de confiar es dejando que el corazón mande sobre las millones de trabas que nos puede poner la mente; "... lo que pasó fue para bien, no lo trates de entender...", y quizás el resumen de la canción podría ser su última frase "... y si algo aprendimos en el mundo es que el mejor momento aún no vino, está por llegar... confiá...", Páez nos pide que confiemos en que todo lo que sucede, debe tener como comandante al corazón y sólo de esa forma sentiremos que es lo mejor que pudimos hacer, a pesar de que los resultados no sean, exactamente, los "mejores".

El segundo tema fue titulado "Tiempo al tiempo", y fue el sencillo promocional del disco incluso desde antes de su lanzamiento oficial. Una canción que está llena de mensajes y enseñanzas, propios de la madurez por la cual está atravesando el músico, "... cuidado con lo que querés, porque algún día lo podés conseguir...". Las melodías también son de corte suave, no existe un éxtasis melódico, una explosión en percusión ni nada por el estilo, es como una especie de trance que Páez quiere darnos para poder soltar bien sus líricas, todas ellas aparentemente extraídas de propias experiencias; "... cada día es una oportunidad de salir a la calle y enfrentar al viento...", es otro de los mensajes que me dejó esta gran canción. En este tema también comienza a darse esa relación del disco con el factor "tiempo", una idea a la que Fito recurrirá en la mayor parte de las canciones que vienen; usando al tiempo como remedio, como medio de transporte, y como fuente absoluta de inspiración (teoría iniciada por Giuliana Torres García, prácticamente una estudiosa de la música de Páez y una de las administradoras de la Comunidad Páez-Perú).

"M & M", es el tercer tema, una canción ideal para distenderse un momento, con melodías un poco más veloces que las anteriores, donde Fito narra la historia de dos chicas completamente diferentes en todo, origen, raza, religión, etc., pero con el común denominador de ser "chicas malas", ávidas de experiencias memorables, perdidas en la ciudad, y que encontraron en el narrador-protagonista al mejor compañero de vivencias, siendo la lírica más demostrativa la que pregona "... las chicas buenas van siempre al cielo, y las malas, donde quieren..."; Páez, como todo músico o escritor, prefiere al "ente conflictivo" que al demasiado correcto, incapaz de crear momentos dignos de ser contados.

En "La nave espacial", Fito narra otra interesante historia, la de una joven pareja que escapó de su ciudad para meterse en más de un apuro antes de llegar a su destino final, Río de Janeiro. En cuanto a las melodías, el músico trató de volver un poco a los orígenes de su arte, el Rock & Roll y el Blues, estilos que se sienten claramente en toda la canción.

Uno de los puntos más altos del disco es "London Town", para muchos el mejor tema del álbum, el más completo en cuanto a melodías y líricas. La melancolía de la línea melódica nos lleva a concluir que se trata de una balada con harto sabor a Beatles ("we can work it out"), y las letras nos llevan a un remoto momento, en el cual tratamos de revivir un pasado que simplemente ya pasó, y por eso es por demás perdido, "... lo que un día vi, no lo veo más...", rezan estas líneas repletas de tristeza, de esa sangre fuerte y valiente que nos da la verdad, y la verdad es que "... y lo que fue hermoso nunca más ya lo será..."; un mensaje directo al corazón de todos, quienes ya alguna vez perdimos algo que de alguna manera hemos querido recuperar, y la verdad aunque es cruda, siempre será la verdad, ya no se puede, simplemente eso, ya no se puede.

"Limbo Mambo" es un tema que concuerda perfecto con el anterior, quizás portando más optimismo, pero siempre con la pena de saber que lo que se pierde es irrecuperable, haciendo énfasis en lo que decíamos al principio, el corazón sobre la mente "... sólo se trata de caminar...", para que entendamos algo que él ya captó después de tantas vivencias, "... el tiempo cuenta al final lo que valió la pena...". Las melodías fusionan el folclor de la guitarra acústica y la baja percusión; repleta de bellos matices, "Limbo Mambo" es también una de las joyas de este gran álbum.

Una onda más alegre y optimista, pero sin dejar de lado el mensaje central, es el que trae "La ley de la vida", empezando con una frase demoledora "Todos le echamos fuego al leño del amor, a veces resulta y muchas otras veces no..."; la ley de la vida que Fito describe aquí, se define como la que está en medio de la acción - reacción (ley kármica) y la ley del Talión (ojo por ojo...), el equilibro perfecto entre hacer las cosas de corazón, pero siempre teniendo el cuenta el valor que se tiene a uno mismo, lo cual devendrá en buenas recompensas. Quizás varió un poco el mensaje que se envió al principio, pero las interpretaciones pueden ser diversas. En cuanto a las melodías, pues nos dan un aire más pop, ese estilo digerible que Páez exploró en "El amor después del amor" y que luego le trajo muy buenos resultados en "Circo Beat".

"El mundo de hoy" nos trae un estilo totalmente distinto a todos los que podemos percibir en el disco, un rock estadounidense chapado a la antigua, setentero, para los que le gusta relacionar la música con los años. Y las líricas combinan las dos tendencias más fuertes que hoy confluyen en el músico, la madurez y la locura de hacer las cosas sin pensarlo dos veces, resaltando la frase "... de los laberintos se sale sólo por arriba, vayamos por ahí a la deriva y no leamos las noticias que traen los diarios del mundo de hoy..."; la canción es además una crítica a la sociedad mundial, la que, según Páez, está pasando por un momento de degradación sentimental y cultural, contrastando dicho enfriamiento humano con el calor que hay en las ciudades debido a los acontecimientos ya conocidos en la capa de Ozono (aunque esto no lo dice exprésamente en el tema - es una conjetura mía).

Algunos seguidores acérrimos ya habíamos escuchado antes las notas de "Saliendo de tu prisión", en la inédita "Piano Mozart" de hace poco tiempo atrás. Salvo algunos cambios en las letras la canción es la misma, un tema que encandila por la suavidad de sus melodías, y que nos narra un momento íntimo en la vida de Fito, hablando de las personas y situaciones que extraña y de cómo se sentía en ese instante, seguramente en la habitación de un hotel, bajo la complejidad habitual de Mozart, formando la recordada frase "... Mozart no me hace bien, me hace sentir un vago, es buena la ocasión para tomarse un trago...". El extrañar también incurre en el tema "tiempo" del que hablábamos al principio, haciéndonos concluir que el disco se da en función a un pasado que el músico añora.

"En el baño de un hotel" es quizás la canción más disparatada del disco, sus melodías son rápidas, alegres y despiertan rápidamente el interés del oyente, usando nuevamente los recursos pop, quizás más parecidos a los utilizados en "El mundo cabe en una canción" (el tema entraría perfectamente a ese álbum). En cuanto a las líricas narra la historia de una loca muchacha que lo enamoró y de las aventuras que juntos pasaron, teniendo como escenario el baño de un hotel y la ciudad como universo.

Algo más fuerte y un poco más crítico es lo que se escucha en "Fuera de control", donde Fito logró hilvanar el rock más rítmico del disco, usando con fuerza los vientos y la percusión. En cuanto a las líricas pues el músico se empeña en expresar lo 'crazy' que se encuentra el mundo en la actualidad, donde los que nos gobiernan son locos, putas y demás gente fuera de control, todo parte de "... living in the city...", donde ya hace mucho tiempo Charly García predijo que esto podría pasar en su memorable tema "Yendo de la cama al living". Un lugar casi inhabitable pero a la vez sensacionalmente interesante.

"Desaluz" es para mí el mejor tema del álbum, y creo que por algo Fito lo dejó para el final. La canción, además de tener un nombre ambiguo y muy sugerente, cuenta con una melodía muy bien dotada, llena de matices exactos, tiempos precisos, y cambios estupendos; dejando melancolía por donde pasa, desgarradora y algo cruel también, "Desaluz" habla de momentos retraídos, extraños y secretos, y aunque la vida de un artista, dicen, no puede ser del todo secreta, queda la duda en cuanto al motivo o inspiración de la canción, ¿será acaso para aquella persona que Páez tanto amó, pero con quien lamentablemente no encontraba "futuro"?; la respuesta podría estar en estas líneas: "... sólo precisamos una casa amarilla, bajo los cielos del sol, te amaré sin razón, antes que 'desaluz'...", parece que finalmente el músico se dio cuenta de que lo único que les bastaba era el amor que se tenían, antes que cualquier otra cosa, por importante que sea. Nuevamente nos vemos frente al tiempo, al hecho de saber que se perdió y que ya no se puede recuperar. Pero estamos también ante una de las canciones más complejas de Fito en los últimos años, una verdadera joya.

Como ven, "Confiá" es un disco extraordinario; al margen de cualquier crítica (por más destructiva que sea) que se le haya hecho a su creador, aquí se volvió a demostrar que ese talento implacable que tantas veces nos deslumbró permanece intacto, lo que ha cambiado, sí, es su forma de ver el mundo, de acuerdo a las experiencias que le tocó vivir, y que ahora lo han hecho una persona rebosante de enseñanzas; para los fans de Fito esto es la gloria pura, pues ahora no sólo tenemos a un gran músico que nos hace sentir sus canciones con el corazón, sino que además tenemos a un verdadero maestro de vida, y con la calidad de sus composiciones el mensaje siempre llegará en el momento adecuado. Un álbum mágico, que todo melómano debe de tener en su discoteca.

Sólo me queda decir: Gracias Páez, por tanta magia.

jueves, 18 de febrero de 2010

Te presento a ...

Fito Páez

Hablar de Fito Páez siempre me escarapela el cuerpo y me pone nervioso, por eso siempre digo que quizás esté enamorado de él; no sé si eso me haga homosexual o al menos ambiguo, pero si se trata de alguien que me hace soñar y hasta volar, y si se trata de llamar a ese hombre "el amor de tu vida", entonces soy una locaza de aquellas.

Fito Páez es uno de esos músicos que participó continuamente en la banda sonora de mi vida y la de muchos jóvenes, principalmente argentinos, quienes han crecido absorbiendo toda su sabiduría y creatividad musical; es un honor para mí hablar de él en este espacio especialmente reservado para la música. Ya habiendo hablado de discos, de fracasos musicales pero aciertos comerciales y demás cosas relacionadas con la música, creo que es momento de hablar de autores, y por eso creé este nuevo post consecutivo, llamado "te presento a". Está demás decir que esta es la primera edición, dependerá del momento seguir la línea con otros músicos o bandas que influyeron en mi vida de una u otra forma.

Aquí les ofrezco una biografía a mi estilo

Nació en 1963 en Rosario. Desde muy pequeño Rodolfo Páez Ávalos fue influenciado por la música; su madre (Margarita Ávalos) era profesora de piano y le inculcó indirectamente el amor por este instrumento y la música clásica europea (Liszt, Chopin y Mozart, principalmente), digo "indirectamente" porque ella falleció cuando Páez tenía apenas tres años de edad, de manera que el amor de Fito por la música fue instintivo e inspirado sólo en viejas fotografías y fascinantes historias sobre su madre y su talento con las teclas, perfectamente narradas por sus abuelas y tías, y fue así hasta que logró convertirse en un pianista bastante joven y prolijo.

Luego de años infructuosos en escuelas Fito decide profesionalizar su entonces afición, formando el grupo ‘Staff’, su primera banda seria, y con la que participó en diversos concursos de música en Rosario. En uno de esos concursos estaba de jurado el entonces ya consagrado trovador Juan Carlos Baglietto, y fue en ese instante cuando su vida toma un giro inesperado.

Baglietto lo absorbe como pianista y arreglista para su banda, y es entonces cuando Páez comienza a aprender más y mejor sobre todo lo que encierra la industria musical; increíblemente en poco tiempo, Fito ya era el protagonista de la banda, su evidente talento eclipsaba al resto de músicos que acompañaban a Baglietto, la mayoría de ellos ya experimentados y consagrados. Incluso graban el álbum "Tiempos difíciles", en el cual casi todas las canciones son compuestas por Páez, y que se vendió de manera fluida en toda la Argentina, llegando incluso a ser galardonado con una Placa de Oro (otorgado por la Asociación de Músicos argentinos a los discos que superan las 100000 copias vendidas), Fito ya estaba a un paso de la consagración.

Hasta que llegó el día, quizás el día más importante en la carrera de Páez, el día en el que el más grande los músicos vería su trabajo y se interesaría en él. Fito tocaba junto a Baglietto en el estadio ‘Obras Sanitarias’; era un evento en contra de la llegada de Frank Sinatra a la Argentina, país que en ese momento pasaba por las penurias propias de una guerra (Las Malvinas). Los argentinos no perdonaban el apoyo estadounidense a los ingleses, y los músicos "protesta" no podían quedarse de brazos cruzados, de manera que se organizó ese evento donde bandas de todo el país expresaban con música el desacuerdo con su gobierno. Charly García había ido al estadio.

Pasado el show de Baglietto, García se acercó a los camerinos, ante el tumulto de músicos provincianos que no podían creer lo que estaban viendo, Charly se concentraba en buscar a uno, a uno solo, a alguien que le hacía recordar mucho a su juventud. De esa manera llegó hasta Fito, le dio la mano, lo abrazó y le beso en la mejilla: "me encanta lo que hacés", le dijo, y luego se fue, tan despreocupado como siempre, pero dejando una huella que jamás se borraría. Fito no podía creer que el ídolo de su infancia se apareciera de la nada y le brindara tremendo reconocimiento, sin darle mayor lugar a reacción. De ahí en adelante, Páez demostró que su camino estaba junto a los grandes de la música argentina.

En 1983, Andrés Calamaro (otro que se haría grande) había decidido salir de la banda de Charly García, donde era teclista; con el fin de buscar un mejor camino que posteriormente lo llevaría a España, donde con ‘Los Rodríguez’ alcanzaría su tan ansiada consolidación. Calamaro había dejado un vacío muy grande en la banda, y fue entonces que Jorge Llonch, próspero productor que trabajaba esporádicamente con García, le recomendó al mismo reclutar a Páez. García recordó el talento de Fito y sin pensarlo dos veces lo ubicó y le propuso unirse a su banda. Charly no había terminado la propuesta y Fito ya hacía sus maletas.

Lo demás fue sólo gloria y Rock & Roll. Páez ganó con García la experiencia y roce que necesitaba para consolidarse; tras casi dos años de discos grabados, entre los cuales destacan 'Clics Modernos' y 'Piano Bar', e innumerables presentaciones en vivo, Fito decide iniciar su carrera de solista con 'Del 63' (1984). La crítica nacional de la Argentina vio con buenos ojos el novedoso estilo de Páez, el cual combinaba la potencia y vértigo de Charly, con la conciencia social y fusiones de estilo heredadas de Baglietto. De este disco podemos resaltar la autobiográfica ‘Del 63’, ‘Rojo como un corazón’ (a dúo con Fabián Gallardo), ‘Sable chino’, ‘Tres agujas’ y ‘La rumba del piano’, tema que también sería parte indispensable de su repertorio en conciertos.

Luego del éxito de su primer disco, Páez edita 'Giros' (1985), un álbum con una mejor producción, un trabajo bien realizado donde nuevamente el rosarino demuestra sus conocimientos casi inacabables de estilos musicales, donde incluso destacaron ritmos caribeños, hasta entonces no utilizados por músicos argentinos. Del disco destacan el tema que le da el nombre al álbum, ’11 y 6’, himno flagrante de toda esa generación, ‘Cable a tierra’, preciosa, dramática y esperanzadora; y la ya mítica canción 'Yo vengo a ofrecer mi corazón', inmortalizada tiempo después por Mercedes Sosa.

En 1986, Páez da a luz 'Corazón Clandestino'; la particularidad de esta producción es que sólo fue editada para "Maxi" (Cassettes), por lo que nunca hubo un CD, y además contó con la participación de Caetano Veloso, quien destaca en la versión en portugués de 'La rumba del piano'. El álbum no fue un éxito total pero tanto la canción mencionada como la que da el nombre al disco se convirtieron en hits radiales en poco tiempo.

En el mismo año Fito cumple otro sueño. En una caminata por la Av. Santa Fe, Páez nota a alguien conocido que venía en sentido contrario. Era un tipo alto y desmedidamente flaco, tan flaco que hasta el mismo Fito se sentía turgente y voluminoso. Sus cabellos largos alborotados, sus lentes oscuros, y esa quijada; sí, era él, pero la pregunta cayó por sí sola a la hora de que ambas almas se cruzaban: "¿vos sos vos?", casi al mismo instante, el otro individuo hizo la misma pregunta: "¿ y vos sos vos?"; así comenzó una amistad que se haría inquebrantable, así conoció Fito Páez a Luis Alberto Spinetta, otro ídolo de infancia, otro sueño cumplido que provocaría la grabación de un disco absolutamente auténtico, sin predecesores y sucesores, simplemente único en su especie, empezando por el nombre: 'La, la, la' (1986).

Páez y Spinetta, compartían casi los mismos gustos, sobre todo en música, cine y literatura. Les fascinaba Herzog y Foucault; les fascinaba Marx, y Schopenhaüer; y todo eso lo llevaron a la música, su propio terruño, naciendo el que para mí puede ser el mejor disco en la carrera de ambos artistas donde echaron a andar toda su creatividad. En sí, 'La, la, la' no es un trabajo plenamente a dúo, sino más bien un trabajo con una compilación de canciones escritas independientemente por ambos. Sin embargo nos dejaron una canción compuesta y cantada en sus dos voces, la que para muchos es la mejor del compacto, ‘Hay otra canción’, pero por motivos hasta ahora no muy bien esclarecidos, esta canción no fue incluida en el LP, y tampoco en su reedición en CD. Tuvieron que pasar varios años para que la firma volviera a reeditar el disco, haciendo dos compactos, en el segundo estaría la tan voceada canción.

'La, la, la' es un disco a la medida de dos grandes de la música argentina, con temas bastante pesados y trágicos relatos que posiblemente serían el presagio para lo que vendría después. Por el lado de Spinetta destaco tres temas, 'Cuando el arte ataque', 'Estoy atiborrado con tu amor' y 'Todos estos años de gente' ("frente a los vidrios de un banco / un anciano desfallece / sin nombre"), por el lado de Fito, 'Instan - taneas', 'Dejaste ver tu corazón' y 'Parte del aire', hermoso tema en el que narra el enamoramiento de sus padres sin saber nada de ello ("¿y a dónde voy yo? / no me importa ya / vengo de dos ríos / que dan al mar"), a pura imaginación, y que lo acompañaría a distintos compilatorios más adelante.

Pero ese año no todas las sorpresas serían tan buenas. Mientras estaba en Brasil, Páez recibió una llamada anunciándole la trágica muerte de sus tías, de sus abuelas, y de la empleada que las acompañaba, quien estaba embarazada. La reacción de Páez fue la de desesperarse, sus shows en tierras cariocas fueron cancelados y regresó a Rosario. El asesino fue capturado e identificado como Walter Di Giusti.

(Breve historia de Di Giusti: en sus años de colegio conoció a Fito Páez, quien ya formaba bandas artesanales. Di Giusti tocaba el bajo y en repetidas oportunidades le ofreció su presunto talento a Páez, para integrar alguna de sus bandas. Al parecer Di Giusti no convencía a Páez quien le habría dado más de una negativa. Pasado el tiempo, el asesino había desarrollado una inmensa envidia por Páez, sobre todo al ver el éxito que iba obteniendo a pasos agigantados. No encontró una salida más adecuada para descargar sus más oscuros instintos que llegar a la casa de los Páez, y asesinar a puñaladas a las personas que se encargaron de la crianza de Fito; algo que marcaría para siempre la vida de los ex-compañeros de colegio. Desde entonces Di Giusti estuvo en la cárcel, hasta que se divulgaron rumores de que habría fallecido víctima del SIDA; otros rumores dicen que sigue vivo y que ya estaría libre, pero enfermo en alguna pensión de la ciudad sin facultades físicas necesarias para vivir con normalidad)

Luego de la vorágine del asesinato Fito decide "huir" hacia Tahití. Es ahí donde compone 'Ciudad de Pobres Corazones' (1987), el álbum más sombrío de su carrera, una catarsis hecha música, que derrama ira y sangre por donde se le escuche.

Detrás de la música siempre hay un apoyo; como muchos podrán imaginar, durante la composición de 'Ciudad de Pobres Corazones' Fito recibió varias invitaciones al suicidio, invitaciones rechazadas gracias a la fortaleza del músico y al apoyo incondicional de su compañera sentimental en aquel entonces, Fabiana Cantilo; ex-corista de Charly que terminó siendo el mayor respaldo amoroso de Páez en sus más duros momentos, y que además colaboraba vocalmente en todos los trabajos de Fito, ostentando un talento innato para el canto.

Superado el difícil escollo, Páez volvió a grabar otro disco, esta vez titulado 'Ey' (1988), donde el músico regresaba al mercado musical con una sorpresiva "buena onda". El disco inicia con 'Lejos de Berlín', y la primera frase que escucha es "no más por hoy, de verdad", dándonos una idea de que Fito ya quería dejar atrás sus dramas, para avocarse a vivir la vida de una manera más optimista, algo para lo que la música lo ayudaba mejor que nadie. De este disco se destaca 'Polaroid de locura ordinaria', canción que hoy se ha convertido en un himno para sus seguidores y que es infaltable en sus conciertos. El disco fue dedicado íntegramente a Fabiana Cantilo, las razones son obvias.

Tras un accidentado periplo por Latinoamérica (incluyendo una estafa por parte de un productor venezolano) Fito logró editar su álbum número 7, ‘Tercer Mundo’ (1990); en el que contó con la participación de Cantilo, Charly García, David Lebón (ex vocalista de Serú Girán) y el propio Luís Alberto Spinetta. Disco lleno de idas y vueltas, de donde destacan temas como ‘Y dale alegría a mi corazón’, ‘Fue amor’ y ‘Carabelas nada’, siendo este último en mi opinión el más logrado del álbum.

Fue en la gira promocional de este disco cuando la relación entre Páez y Cantilo iba llegando a un amistoso final. Entre dimes y diretes de la prensa, rumores de infidelidad y demás chismes mediáticos, Fito y Fabi dejaron de ser pareja sentimental para convertirse en una pareja profesional, ya que a pesar del distanciamiento amoroso siguen trabajando juntos en diferentes colaboraciones musicales, manteniendo una buena relación personal.

Un año más tarde Páez conoce a la actriz argentina Cecilia Roth, quien trabajaba en España con Almodóvar. A pesar del encantamiento en el que cayó Fito debido a la actriz, no pudieron hacer público un posible romance, debido a que ella era casada. Tiempo después, luego de su divorcio, la relación se hizo pública y junto a ella el nacimiento del disco más exitoso no sólo de Páez sino del rock argentino: ‘El amor después del amor’ (1992).

Prácticamente todos los temas del disco fueron hits de inacabable demanda en toda América Latina y España, colocando al músico en lo más alto de su carrera; podemos destacar temas como el que da nombre al disco (el cual fue parte de la banda sonora de ‘No se lo digas a nadie’, película peruana internacionalizada que sería filmada tiempo después), ‘Dos días en la vida’, ‘Tumbas de la gloria’, ‘Pétalo de sal’ (a dúo con Spinetta), ‘Un vestido y un amor’ (dedicado a Roth), ‘A rodar la vida’, ‘Detrás del muro de los lamentos’ (donde contó nuevamente con la colaboración de la gran Mercedes Sosa), y ‘La rueda mágica’, tema en el que contó con la participación de Charly García y Andrés Calamaro (gran mérito ya que nunca se llevaron del todo bien) y que se ha convertido en un himno de liberación para los músicos en general.

Fue el disco más rico de la carrera de Páez, tanto en lo musical como en lo económico; de modo que la meta ahora era un poco más alta, el siguiente disco debía superar al anterior, el reto estaba plantado y Fito lanza ‘Circo Beat’ (1994). El disco es netamente maravilloso, pero fueron quizás sus intenciones comerciales las que terminaron haciendo que el álbum vendiera poco más de la mitad del anterior. De aquí se destacan canciones como ‘Mariposa Technicolor’ (tema que no necesita mayores comentarios), ‘Las tardes del sol, las noches del agua’, ‘Circo Beat’, la semi-sinfónica ‘Nada del mundo real’, donde el músico empezaba a explorar planos en los que antes no había caminado, ‘She´s mine’, ‘El jardín donde vuelan los mares’, ‘Tema de Piluso’ y ‘Lo que el viento nunca se llevó’. De todos estos temas fue ‘Mariposa Technicolor’ el que tuvo la virtud de hacerlo más conocido, sobre todo en países que no habían recibido tanto de su música, como el Perú, Bolivia y Ecuador.

Llegó 1996, y la cadena ‘MTV’ empezaba a poner de moda los ya famosos ‘MTV Unplugged’, conciertos acústicos especialmente diseñados con la más alta tecnología para dar un sonido único a cada presentación, lo que también incluía la grabación de un disco compacto y de un DVD. Es decir, todo un paquete comercial con millonarias recompensas, el cual ya habían tomado varios artistas en el mundo entero, con rotundos éxitos. La prestigiosa cadena le hace la esperada propuesta a Páez, pero al no llegar a un acuerdo económico el músico argentino decide hacer una suerte de “Unplugged” pero de manera independiente, rechazando a los estadounidenses. Fue así que inició las coordinaciones con ‘TELEFE’ (conocido canal argentino), y el concierto se llevó a cabo; el resultado fue el disco ‘Euforia’ (1996), un compilado acústico de los mejores temas a lo largo de su trayectoria y la inclusión de tres nuevas joyas: ‘Cadáver exquisito’, ‘Tus regalos deberían de llegar’ (tema del que se dice estaría hablando de la supuesta infertilidad de Cecilia Roth y la frustración de no poder tener hijos con ella) y ‘Dar es dar’, otro de sus himnos más optimistas.

Tras dos años sabáticos Páez regresa al ruedo musical y magistralmente acompañado; haciendo el segundo disco compartido de su historia como solista, nada menos que junto a Joaquín Sabina. El disco fue titulado ‘Enemigos Íntimos’ (1998), en alusión a que desde que se hizo pública su amistad siempre hubo rumores de peleas, por causas que principalmente obedecían al factor “mujeres”, sin embargo, mofándose hábilmente de dichas chácharas, los músicos lanzan a la venta el mencionado compacto, el cual de verdad nos dejó temas de antología; como ‘Llueve sobre mojado’, ‘Cecilia’ (otro tema dedicado a Cecilia Roth), ‘Tengo una muñeca que regala besos’, ‘Yo me bajo en Atocha’, ‘Si volvieran los dragones’, ‘Hasta cuándo’ y el estupendo trabajo, ‘ La canción de los buenos borrachos’. Luego de la grabación de ese CD, volvieron los rumores de un distanciamiento entre los cantautores, pero esta vez fueron confirmados por los mismos, aclarando, eso sí, que fue más que todo por los derechos de autoría y difusión, en buen cristiano, ambos querían que sus egos protagonizaran el éxito del disco, al no soportarse se tuvieron que separar. Felizmente para los fans, lo hicieron después de terminado el álbum, aunque nos siguen debiendo una gira juntos.

(Hagamos un paréntesis. Hasta el momento hemos podido apreciar claramente el ascenso casi exponencial de Páez hacia la élite de la música mundial. Aquí podemos decir varias cosas; para empezar recordemos que en los 80’s Fito tocaba en provincias con Baglietto, luego subió a las nubes de Buenos Aires con García. Posteriormente se hizo solista y de a pocos siguió escalando. Cada vez productores más millonarios le ofrecían contratos. La ‘MTV’ lo invoca y él la rechaza. Vuelve a la música, junto Joaquín Sabina, y aquí hagamos un alto. Hay diferencias entre Baglietto y Sabina. Son diferentes estilos, uno crudo, poético y artesanal, y otro elegante, pletórico y espigadamente elitista. Aquí hay un quiebre, algo que ni el mismo Charly García pudo soportar, digamos que fue un cambio brusco de clase, Fito ya no era el rockero suburbano que tocaba en bares, ahora era un pianista poeta que tocaba en teatros de oro y se codeaba con gente de la más alta sociedad; García, quien nunca cambió sus hábitos, no dudó en decirle a Fito cómo se sentía, quizás algo traicionado y engañado, ¿quién era el verdadero Fito?, ¿el de los cabellos largos y la ropa modesta?, ¿o el de los pianos de charol, los teatros, los sacos y las corbatas “michi”?; y es entonces cuando la relación entre maestro y pupilo decae).

Al no encontrar motivos para volver a la Argentina (Fito, sencillamente, ama a García), Páez sigue conociendo gente importante en el mundo de la música, y llega a su vida Phil Ramone, juntos darían a conocer la nueva producción del músico argentino, ‘Abre’ (1999).

La evolución que muestra este disco en el sonido es evidente, se deja notar desde el comienzo la mano del productor, quien se empeñó en hacer el disco más complejo de Páez en cuanto a ingeniería se refiere, Fito, de paso, le dio su toque maestro con canciones magníficamente elaboradas, como ‘Al lado del camino’ (autobiográfica), ‘La casa desaparecida’, ‘Tu sonrisa inolvidable’ (tema folclórico que cuenta con la participación del guitarrista peruano Lucho Gonzáles), ‘Dos en la ciudad’, ‘Habana’ y la bellísima canción, ‘La despedida’.

Luego de las distintas presentaciones en vivo, en pos de promocionar ‘Abre’, Páez y Roth adoptan un niño, Martín, convirtiéndose en el primer hijo legal de Fito. Poco tiempo después y bajo un gran hermetismo, el músico y la actriz contraen matrimonio. A pesar del asedio de la prensa no se lograron mayores declaraciones, pero se notaba que Fito había encontrado lo que siempre quiso, una familia completa y feliz. En ese contexto de felicidad extrema Páez lanza un nuevo disco, ‘Rey Sol’ (2000).

El disco está repleto de “buena onda” y canciones más pegadas al Rock & Roll; destacando ‘Rey Sol’ (dedicada íntegramente a Martín), ‘El diablo de tu corazón’, ‘Lleva’, ‘Noche en downtown’, ‘The shinning of the sun’, y ‘Regalo de bodas’, este último un hermoso vals en 4/4, donde Páez vuelve a demostrar sus absolutos conocimientos de música clásica.

Sin embargo todo esto cambiaría su órbita, cuando Páez logra producir y dirigir su primer largometraje, titulado ‘Vidas Privadas’ (2001), donde comparte trabajos con su entonces esposa. Por declaraciones de los mismos protagonistas, se sabe que fue en esa misma filmación donde empezó a apagarse la llama del amor entre Fito y Cecilia, tal es así que ella volvió a España a seguir trabajando con Almodóvar, mientras Páez abandonó el departamento donde ambos convivían. En cuanto a Martín se dice que está viviendo actualmente con Roth, aunque la ex pareja siempre intentó, con éxito, alejarlo de las cámaras, por lo que poco más se sabe de él. En el 2002, Páez se vuelve a enamorar, esta vez de una modelo 15 años menor que él, llamada Romina Ricci, quien a su vez también salía de un divorcio.

El siguiente disco de Páez se tituló ‘Naturaleza Sangre’ (2003); un disco potente, algo sórdido (producto quizás de sus recientes experiencias amorosas), desmesurado y pícaro, donde Fito logró, después de algún tiempo, volver a trabajar con Charly García, finiquitando un posible distanciamiento pasado. El disco también cuenta con la participación de Luís Alberto Spinetta y la brasileña Rita Lee. Lo más resaltante del disco son los temas ‘Naturaleza Sangre’ (a dúo con Charly), ‘Insoportable’, ‘Bello Abril’ y ‘El centro de tu corazón’ (ambas a dúo con Spinetta), ‘Los restos de nuestro amor’, ‘Ojos rojos’ (con Rita Lee), ‘Volver a mí’, ‘Oh, nena’ y ‘Música para camaleones’, canción en la que responde a las críticas debido a que “ya no es el mismo Fito de antes”, aduciendo que la música es para personas que se adaptan y no para estatuas inmóviles.

En el 2004 nace Margarita Páez Ricci, su primera hija biológica, producto de su relación con Romina. Ese mismo año Fito lanza ‘Mi vida con ellas’ I y II (2004), ambicioso disco doble en vivo donde compila recitales realizados en varios países, e incluso presentaciones con otros artistas de la talla de Gustavo Cerati, García y Spinetta.

A pesar del éxito y la aparente felicidad con su familia, en el año 2005, Páez y Ricci anuncian a la prensa su separación. Y casi instantáneamente Fito lanza un nuevo disco titulado ‘Moda y Pueblo’, disco sinfónico grabado en estudio, donde el músico se da el lujo de musicalizar un poema de Federico García Lorca, interpretar temas suyos antiguos, como ‘Ámbar Violeta’ y ‘Un vestido y un amor’, y también regalarnos una magistral interpretación de una obra cumbre de García, ‘Desarma y sangra’, haciendo lo mismo cono ‘Muchacha, ojos de papel’, de Spinetta, y con ‘El otro cambio, los que se fueron’ de Litto Nebbia (ex líder de ‘Los Gatos’). Así mismo, incluyó un nuevo tema titulado ‘Las Palabras’.

El 2006 fue otro año bastante movido para Páez; a inicios de ese año volvió a dirigir un largometraje titulado ‘¿De quién es el portaligas?’, y en Setiembre da a luz su nueva producción musical, llamada ‘El mundo cabe en una canción’. El disco es bastante simple en comparación a otros que ostentan más complejidad en las composiciones, pero no por eso podríamos decir que fue malo; los 11 temas narran situaciones vividas e historias creadas, y la verdad es que se trató de una producción bastante distendida, tal es así que uno podría hasta relajarse escuchando una a una las canciones (quizás era lo que Fito necesitaba en ese momento). De la producción podríamos destacar el corte promocional ‘Eso que llevas ahí’, ‘Te aliviará’, ‘Fue por amor’, ‘Entrance’ (donde narra la historia de una muerte por tristeza), ‘La hora del destino’, ‘Enloquecer’ (para mí el mejor tema, dado el contexto del disco), ‘La casa en las estrellas’ y ‘Caminando por Rosario’, como siempre haciendo memoria de su amada ciudad natal. La particularidad de la producción es que al año siguiente Fito Páez recibió el premio ‘Grammy Latino’ a “Mejor disco de Rock en español”.

Ese mismo año, en el 2007, Fito lanza casi “sin que nadie se entere” un nuevo disco, ‘Rodolfo’. El CD tiene la característica principal de haber sido grabado sólo con piano y voz, así de sencillo, con lo que el músico intentó de alguna manera a regresar a sus raíces más esenciales, de ahí parte el nombre del álbum. De aquí destacamos ‘Si es amor’, ‘El cuarto de al lado’, ‘El verdadero amar’, ‘Gracias’, dedicada sus maestros Spinetta, Nebbia y García (quizás pudo haber también mencionado a J.C. Baglietto) y la bella ‘Zamba del cielo’ (“Que suerte que hoy la alegría / tiene tu nombre / y tiene tu piel”). También destacan sus dos temas instrumentales, ‘Nocturno en sol’ y ‘Waltz for Margie’, dedicada a su hija. Un disco único en la carrera de Páez, que además acarreó una gira por todo América Latina, pasando también por el Perú, donde tuve la divina oportunidad de verlo en primera fila; definitivamente una noche inolvidable. En ese mismo año Páez volvió a ganar en los ‘Grammy Latino’, gracias a este magnífico trabajo, como “Mejor álbum de cantautor”.

En Octubre del 2008 se grabó el, hasta ahora, último trabajo discográfico de Páez, titulado ‘No sé si es Baires o Madrid’ (En alusión a la ciudad donde se editó el CD y parafraseando con las líricas de ‘Pétalo de sal’, incluida en ‘El amor después del amor’), grabado en vivo durante su presentación en “El Palacio de los Congresos” en Madrid. El disco es un nuevo compilado de sus mejores temas, incluyendo varios de ‘Rodolfo’, y cuenta con la participación de artistas de la talla de Pablo Milanés, Ariel Roth y Joaquín Sabina, siendo con este último el punto orgásmico del concierto, debido al reencuentro y reconciliación que ambos tendrían, cantando el mítico hit del español, ‘Contigo’.

El CD trae consigo además un DVD donde se aprecia al músico en todo su esplendor, ya como un navegante de la vida, cuajado y maduro, mostrando ya algunas canas y la estupenda acogida española que tiene. A su vez trae material extra donde se pueden ver algunos ensayos previos al concierto, incluyendo el esperado reencuentro con Sabina. Toda una delicia. En Noviembre del 2009 Fito volvería a llevarse el ‘Grammy Latino’ como “Mejor álbum vocal pop masculino”, gracias al mencionado disco en vivo.

Hoy en día Páez trabaja en su ya anunciado próximo álbum, el cual se titulará ‘Confiá’, incluso ya está circulando el primer corte, llamado ‘Tiempo al tiempo’, donde se escucha un Fito con cada vez más ganas de dar lecciones de vida, de una forma estética y optimista; el disco promete, pero nos hará esperar aún hasta mediados de Marzo. En cuanto al amor se dice que Páez estaría teniendo un romance con la actriz Celeste Cid. Y en medio de toda esta gran coyuntura la vida le parece sonreír nuevamente al buen flaco.

Páez es un verdadero genio, un músico que ha vivido todo tipo de experiencias dignas siempre de ser contadas en sus canciones. Un ícono del rock argentino y de la música latina, que cuenta con una notable evolución musical, la cual se trasluce de manera diáfana en su discografía. Recomiendo siempre todos sus discos, quizás soy tan fan que aquí sí me cuesta ser objetivo. Espero que vuelva y vuelva siempre. Y desde aquí le agradezco el riquísimo legado que nos está dejando y que seguramente se convertirá con el tiempo en un verdadero tesoro musical.

Espero que les haya gustado esta biografía, se me hizo extensa, gracias por leer hasta el final.

Un fuerte abrazo y que la música nos siga uniendo.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Maestra Vida

Maestra obra
“Probablemente lo más anticomercial que se haya hecho jamás en el mundo de la salsa”, pregonó Rubén Blades en el año 1983, cuando lo entrevistaron y le preguntaron sobre el sentido del álbum de salsa más complejo y dramatúrgico que se haya producido en la historia. Así, 'Maestra Vida' es un compendio de situaciones y vivencias que parecen haber sido sacadas de los barrios más populosos y abundantes de América Latina. Un disco hecho con maestría y suprema sobriedad, sin dejar de lado el sabor y las exquisiteces que han hecho del latino la imagen de un tipo despreocupado y bohemio; pero que a su vez recorre los campos más tristes y deprimentes que puede experimentar un habitante de cualquier país subdesarrollado. Una obra de arte, maestra, que recorreremos en las siguientes líneas:

Primera Parte:

Prólogo: se inicia el disco con esta bella canción netamente instrumental, donde se desprenden pétalos de un florecimiento. El inicio de un día aparentemente común y silvestre, tranquilo y despejado, en un barrio cualquiera pero no en cualquier barrio. Un tema que dejó clarísimo el poderío musical que ostenta Blades en su composición, poderío que ha hecho que sea considerado por muchos como el creador más grande de la historia de la salsa, y uno de los más importantes músicos de la línea contemporánea.

Sobre el final de la canción podemos escuchar a los primeros protagonistas, especialmente al narrador de la historia: Quique Quiñones; quien comparte tragos con su hijo Calito Lito, y un tal Rafael da Silva. Ambientada en el año 1975, la historia nos lleva a la casa de Quiñones, quien nos cuenta de la historia de su padre, “Babá” Quiñones. Juntos viajan a un no tan lejano pasado y hacen saber a Rafael sobre sus raíces, donde habitan su padre, Ramiro Da Silva, su abuelo Carmelo Da Silva, y su abuela, la entonces mujer más deseada del barrio, Manuela Peré. Lo que da inicio al siguiente tema del disco.

Manuela: quizás sea la descripción más exacta de la clásica hembra latinoamericana; de cintura pequeñita y de piernas “criminal”. Se inicia la historia con la picardía y alegría que posiblemente falte después.

Carmelo (I): Quique Quiñones describe lo que su padre alguna vez le contara sobre Carmelo da Silva, sastre de oficio, un tipo desinhibido, algo bebedor, bribón de esquina, de gran corazón y sobre todo zalamero conquistador; el más querido del barrio, quien fijaría sus suspiros en Manuela.

Como tú (Carmelo II): en esta canción se inicia oficialmente el coqueteo entre Carmelo y Manuela; el típico cortejo latino, adornado con fino desprecio, pero a la vez con la nítida intención de llamar atenciones. Finalmente, Carmelo decide decirle a Manuela lo que realmente siente, ante algunas risas y atentas miradas de sus amigos del barrio.

Yo soy una mujer: Cumpliendo un antiguo sueño, Anoland Díaz, progenitora de Blades, ofrece su hermosa voz en esta canción, en la que Manuela, con cierta diplomacia, pone sus condiciones para iniciar el romance que la llevaría a la inmortalidad. La frase que habría que recordar: “Juro que hasta la muerte no dejaré de quererte…”.

La fiesta: El segundo tema netamente instrumental de la primera parte. Blades ambienta una típica reunión que celebraría, presumiblemente, el embarazo de Manuela tiempo después. Lo que más resalta de esta canción son los arreglos en los vientos, cortesía del no menos apreciable Willie Colón.

El Nacimiento de Ramiro: es el punto orgásmico de la felicidad en ambas partes. La canción, una obra de arte, describe todos los pasares de un padre de las condiciones de Carmelo, la alegría, preocupación y el “ya qué mierda” que se siente cuando ves pronta la llegada de un esperado hijo y las condiciones económicas no son tan favorables; “como nadie tiene plata, que to’o el barrio sea el padrino”, pregonó Carmelo; una rola llena de sabor, con la que muchos podríamos sentirnos más que identificados.

Déjenme reír (para no llorar): Luego del nacimiento de Ramiro da Silva, la crisis económica no se hizo esperar, y llegaron las malas para la familia Da Silva Peré. Entre campañas políticas y reducción de ingresos, Carmelo expresa lo que todo ciudadano tercermundista querría decir, ya cansado de tanta mentira y miseria junta. Esta canción pone fin a la primera parte de la producción.

Segunda Parte:

Epílogo: La última rola instrumental de la producción, pero que a su vez da inicio a esta, por demás triste y reflexiva, segunda parte. Ya no hay amanecer, ahora se viene el ocaso, y la melodía nos conduce a la voz de Quique Quiñones, quien, ya pasado de tragos, comienza a narrar el desenlace de cada historia iniciada en la primera etapa.

Manuela, después (la doña): como un eco lejano se escucha “Manuela, qué mujer aquella…”, los años han pasado y no en vano. Manuela, la otrora musa del solar de los aburridos, ahora es una anciana pasada de setenta y encorvada por los años, que va de madrugada a la iglesia para rezar por sus seres queridos. Finalmente, llegó al final de su accidentada existencia, viviendo miserias, muchas, pero la peor: tener que lidiar contra el malestar de tener a su único hijo en prisión.

Carmelo, después (el viejo da Silva): el punto orgásmico de la tristeza, capaz de arrancar lágrimas a cualquiera que pueda sentirse en algo identificado, “Carmelo, después” narra la historia desgraciada de quien alguna vez fuera el muchacho más famoso y querido de la barriada; ahora sufriendo por la pérdida de la mujer de su vida, y con el profundo pesar de no saber nada de Ramiro. Murió viendo el anochecer en su sillón, apretando el viejo anillo que su esposa le dejara “y por mucho que trataron, su mano abrir no pudieron…”. Hacia el final de la canción se escucha el pregón “juro que hasta la muerte no dejaré de quererte…”, dándole un final desgarrador, aunque algo esperanzador.

El velorio: Versión fúnebre, acompañada de música lenta pero siempre latina. Explicando sin mayores palabras el sentir del barrio que alguna vez cobijara a Carmelo, sin familiares directos presentes.

El entierro: Hermosa sinfonía que pone en manifiesto, una vez más, la capacidad creativa de Blades, quien esta vez toma el papel de un narrador anónimo, tratando de explicar el por qué de la ausencia de Ramiro en el entierro de su padre. El patrón de la fábrica donde recién había empezado a trabajar le habría negado el permiso para asistir. Llegó cuando todo había culminado, con todos los malestares y culpabilidades que eso pueda implicar. Además sumando el hecho de que tuvo que pagar los gastos de esa escueta ceremonia. La canción termina con los sueños y pesadillas de un hombre que parece cargar en sus espaldas el peso de dos vidas que se desvivieron por él, y a las cuales no supo recompensar.

Maestra Vida: el punto neurálgico y el mensaje central de toda la producción se encierran en esta compleja canción. Alcanzando cierta madurez, Ramiro da Silva, acusado por el barrio entero de ser el culpable de las desgracias de sus padres, da su versión de los hechos. Una vida que siempre le costó vivir, con desgracias y maravillas, con heridas y cuchillos. Un hombre que fue víctima y a la vez victimario, que ahora se lamenta de lo hecho, pero sin dejar de lado su personalidad rebelde que le hace preguntarle al mismo Dios, qué diablos había sucedido. Sus desgarradores gritos, llamando a su padre, resultan más bien potentes gritos de perdón, más aún si es que ellos trataron, mal que bien, de darle todo lo que pudieron en su crianza. Un canto a la vida misma que, luego de escuchar el resto del disco, se trasluce con claridad, dejando ver los verdaderos sentimientos de un personaje de ambiguos matices.

Hay que vivir: Blades guardó este pequeño mensaje para el final; pase lo que pase, hay que vivir. Las cosas vuelven a su orden natural, por mucho que el sufrimiento parezca indicarnos de que no sea así. Si lo vemos desde esa perspectiva, Carmelo y Manuela fallecieron como padres sufridos y adorados, y Ramiro quedó con la carga de conciencia que, en teoría, se merecía, siguiendo en vida, pero con una cruz tal vez muy pesada. Aunque parezca contradictorio, no hay nada mejor que la experiencia para enseñar; más allá de las lecciones que uno pueda aprender en libros, profesores o padres de familia. Ramiro lo tuvo que aprender así, "a la mala", como quizás todos aprendemos lo que al final recordamos.

Maestra Vida es una producción sin precedentes ni sucesores; una verdadera obra maestra de la música que no puede faltar en la discoteca de ningún melómano. Un disco, además, que dejó claro que la labor intelectual de un músico (o político, como Blades) puede mezclarse perfectamente con los ritmos latinos, aunque esto signifique resaltar nuestro lado menos agradable, pero inminentemente real. Y aunque cueste aceptarlo a veces.

lunes, 17 de agosto de 2009

Música y ventas

Una combinación imposible

Hace unos días, dentro de la inmensa alegría por la llegada de Charly García y el beneplácito de volver a recibir a Blades en Octubre, sentí una extraña e inusitada tristeza. Cuando en una radio local escuché con atención el nuevo sencillo de la talentosa pero otrora acertada cantautora colombiana, Shakira. “She Wolf” es el nombre de aquella rarísima canción que poco tiene que ver con lo que recordaba de finales de los años 90. Cuando una, por demás simple, muchachita de largos cabellos negros y blusas rayadas, venía al menos una vez al mes al Perú a promocionar discos y canciones hechos con especial cariño y evidente talento. Cautivadora, cariñosa, empalagosa y hasta tierna, resultaba aquella colombiana, ya desaparecida.

La canción que escuchaba hacía unos días tenía combinaciones de música disco, europeizada por cierto, gallitos excesivos en las partes vocales, y un aullido que se repetía en varios momentos de la melodía, dándole un toque onomatopéyico ordinario y hasta pacharaco. De rato en rato parecía una embobada Shakira, pero yo no quería creerlo. Ok, se metió al mercado gringo. Ok, ninguna de sus canciones en los últimos 5 años me ha llenado el apetito musical. Pero, ¿llegar a ese extremo?, ¿retroceder tantos pasos?, pensé que había algo de inteligencia artística en ella, pero simplemente tiene sólo la comercial. No conforme con escuchar la canción, busqué el video en la Web. Y, ¡OH, sorpresa¡ detecté lo que estaba pasando. Shakira quería aumentar sus de por sí millonarias cuentas bancarias, e hizo un videoclip que parecía haber sido grabado en un excéntrico night club. Aprovechando las medidas que la naturaleza y los mejores cirujanos estéticos le dieron, la colombiana se esmeró en hacer de la cámara la mejor aliada para cometer fechorías pocas veces vistas en una artista latinoamericana (dícese de raíces conservadoras), y realizó una conglomeración de escenas eróticas que por poco transgreden el calificativo de “sugeridas”, de no ser porque no hubo aparición masculina alguna.

La tristeza llegó cuando, al culminar los casi 4 minutos de tortura pseudo musical, pensé en cómo se habría sentido la Shakira esencial que se encuentra dentro de ese contorneado y flexible cuerpo de vedette ficha. Aquella Shakira que decía estar siempre “buscando un poco de amor”, y que lucía sus “pies descalzos” a plena luz del día, sin vergüenza alguna. Aquella Shakira que sólo necesitaba de su voz y una guitarra para llenar un coliseo, mas no dependía de movimientos pélvicos ni otras artimañas propias de una experimentada devoradora de hombres. Entonces entra a tallar la pregunta más primaria que cualquiera se podría hacer: ¿cuándo se jodió Shakira?, para mí, se jodió después de su MTV Unplugged.

Como al principio: Shakira tuvo un debut poco auspicioso con "Magia".

Hasta ese día la colombiana había grabado discos artísticamente ricos, de pronto se le dio la oportunidad más esperada para todo artista que desee expander mercados, un contrato millonario de la MTV, el cual acarrearía un show acústico. El disco del MTV Unplugged contenía canciones de todos los discos grabados por Shakira hasta ese momento, pero entonces llegó la canción “Ojos negros”, y todo se fue a la mierda. Los empresarios musicales gringos más poderosos vieron en Shakira no sólo talento, también vieron curvas, vieron caderas, vieron sensualidad, vieron dinero. Más dinero. Y no hay cosa que venda más en gringolandia que una latina rica que además tenga una gracia adicional, como por ejemplo, cantar o bailar (sino que lo diga nuestra querida J-Lo). Eso vende, y cómo no, los gringos ya están cansados de la carne caucásica, y hastiados de la carne afroamericana, están ávidos de un punto medio, de pieles canela, de ojos marrones y cejas pobladas, bajas estaturas; más un pequeño toque de conservismo. Lo hace más sexy. Entonces Shakira comenzó a vender, y sin el menor reparo sacó a su vitrina “Laundry Service”, con temas grabados tanto en inglés como en español: éxito total. Platita a forro. Pero Shakira, la esencial Shakira, iba despareciendo. Luego asomó “Fijación Oral” y, bueno, mientras en lo comercial la colombiana andaba en la cima de su carrera, en lo musical andaba rozando el fondo de un profundo abismo. Por ahí se coló un chispazo de creatividad musical, combinada con habilidad marketera, y al ritmo de “Hips don’t lie” (con el dolor de Jerry Rivera), Shakira abarrotó los mercados musicales del planeta, llegando a tal punto en el que la canción inauguraría certámenes de seguimiento multitudinario como la final del mundial de Alemania 2006.

Sensualmente irreconocible: La colombiana se olvidó de hacer música, para convertirse en imágen.

Sin embargo, a pesar de ese buen chispazo, la creatividad de Shakira seguía en un desajustado descenso. Y hoy puedo decir varias cosas, primero: que Shakira ya se fue al cuerno. Qué canción más horrorosa, más insípida, más impropia de una autora con conocimientos musicales envidiables (pocas mujeres tocan la guitarra, piano y batería como Shakira). Es decir, qué decepción. La segunda: comprobado, la música y las ventas nunca serán una buena combinación. Podría ser, más bien, una consecución fortuita y gloriosa. El ejemplo más claro podría ser el disco más vendido el la historia del rock argentino, “El amor después del amor”. Fito se hizo millonario con esa producción, y adivinen qué, cada canción la hizo pensando en sus sentimientos más íntimos, casi haciendo un disco para él solo. Y como por arte de magia el disco pegó, y empezó a vender, y vender y vender. Ni el mismo Fito puede creer hasta ahora el éxito que le trajo aquel álbum al cual le puso, comercialmente, tan poca fe. Y tal vez esa sea la clave. Un músico no tiene que olvidarse que su labor es el arte y no tanto las ventas. Las ventas son sólo una consecuencia, se puede dar, como no se puede dar. Existen en el mundo entero discos hermosos, con canciones geniales y maravillosas, y cuando vemos sus estadísticas comerciales nos dan ganas de vomitar, porque sólo fueron comprados por los familiares del artista. Sin embargo el músico cumplió con su arte y eso le tendría que haber valido una sonrisa. Shakira parece haber olvidado el motivo de su existencia; el dinero se puede ir más rápido que la luz, pero los buenos discos son inmortales.

Y además nunca dejarán de venderse.

PD. Como dato anecdótico y comprobando lo dicho líneas arriba, después de “El amor después del amor” a Fito (como a todo ser humano) le gustó la plata, e hizo “Circo Beat”, un disco casi igual de rico, musicalmente hablando, pero hecho con intenciones un poco más materialistas, la producción fue un desastre en ventas, y a la fuerza, Fito volvió a ser el de antes. Esperemos que Shakira regrese, un ex fan limeño la seguirá esperando.