jueves, 18 de febrero de 2010

Te presento a ...

Fito Páez

Hablar de Fito Páez siempre me escarapela el cuerpo y me pone nervioso, por eso siempre digo que quizás esté enamorado de él; no sé si eso me haga homosexual o al menos ambiguo, pero si se trata de alguien que me hace soñar y hasta volar, y si se trata de llamar a ese hombre "el amor de tu vida", entonces soy una locaza de aquellas.

Fito Páez es uno de esos músicos que participó continuamente en la banda sonora de mi vida y la de muchos jóvenes, principalmente argentinos, quienes han crecido absorbiendo toda su sabiduría y creatividad musical; es un honor para mí hablar de él en este espacio especialmente reservado para la música. Ya habiendo hablado de discos, de fracasos musicales pero aciertos comerciales y demás cosas relacionadas con la música, creo que es momento de hablar de autores, y por eso creé este nuevo post consecutivo, llamado "te presento a". Está demás decir que esta es la primera edición, dependerá del momento seguir la línea con otros músicos o bandas que influyeron en mi vida de una u otra forma.

Aquí les ofrezco una biografía a mi estilo

Nació en 1963 en Rosario. Desde muy pequeño Rodolfo Páez Ávalos fue influenciado por la música; su madre (Margarita Ávalos) era profesora de piano y le inculcó indirectamente el amor por este instrumento y la música clásica europea (Liszt, Chopin y Mozart, principalmente), digo "indirectamente" porque ella falleció cuando Páez tenía apenas tres años de edad, de manera que el amor de Fito por la música fue instintivo e inspirado sólo en viejas fotografías y fascinantes historias sobre su madre y su talento con las teclas, perfectamente narradas por sus abuelas y tías, y fue así hasta que logró convertirse en un pianista bastante joven y prolijo.

Luego de años infructuosos en escuelas Fito decide profesionalizar su entonces afición, formando el grupo ‘Staff’, su primera banda seria, y con la que participó en diversos concursos de música en Rosario. En uno de esos concursos estaba de jurado el entonces ya consagrado trovador Juan Carlos Baglietto, y fue en ese instante cuando su vida toma un giro inesperado.

Baglietto lo absorbe como pianista y arreglista para su banda, y es entonces cuando Páez comienza a aprender más y mejor sobre todo lo que encierra la industria musical; increíblemente en poco tiempo, Fito ya era el protagonista de la banda, su evidente talento eclipsaba al resto de músicos que acompañaban a Baglietto, la mayoría de ellos ya experimentados y consagrados. Incluso graban el álbum "Tiempos difíciles", en el cual casi todas las canciones son compuestas por Páez, y que se vendió de manera fluida en toda la Argentina, llegando incluso a ser galardonado con una Placa de Oro (otorgado por la Asociación de Músicos argentinos a los discos que superan las 100000 copias vendidas), Fito ya estaba a un paso de la consagración.

Hasta que llegó el día, quizás el día más importante en la carrera de Páez, el día en el que el más grande los músicos vería su trabajo y se interesaría en él. Fito tocaba junto a Baglietto en el estadio ‘Obras Sanitarias’; era un evento en contra de la llegada de Frank Sinatra a la Argentina, país que en ese momento pasaba por las penurias propias de una guerra (Las Malvinas). Los argentinos no perdonaban el apoyo estadounidense a los ingleses, y los músicos "protesta" no podían quedarse de brazos cruzados, de manera que se organizó ese evento donde bandas de todo el país expresaban con música el desacuerdo con su gobierno. Charly García había ido al estadio.

Pasado el show de Baglietto, García se acercó a los camerinos, ante el tumulto de músicos provincianos que no podían creer lo que estaban viendo, Charly se concentraba en buscar a uno, a uno solo, a alguien que le hacía recordar mucho a su juventud. De esa manera llegó hasta Fito, le dio la mano, lo abrazó y le beso en la mejilla: "me encanta lo que hacés", le dijo, y luego se fue, tan despreocupado como siempre, pero dejando una huella que jamás se borraría. Fito no podía creer que el ídolo de su infancia se apareciera de la nada y le brindara tremendo reconocimiento, sin darle mayor lugar a reacción. De ahí en adelante, Páez demostró que su camino estaba junto a los grandes de la música argentina.

En 1983, Andrés Calamaro (otro que se haría grande) había decidido salir de la banda de Charly García, donde era teclista; con el fin de buscar un mejor camino que posteriormente lo llevaría a España, donde con ‘Los Rodríguez’ alcanzaría su tan ansiada consolidación. Calamaro había dejado un vacío muy grande en la banda, y fue entonces que Jorge Llonch, próspero productor que trabajaba esporádicamente con García, le recomendó al mismo reclutar a Páez. García recordó el talento de Fito y sin pensarlo dos veces lo ubicó y le propuso unirse a su banda. Charly no había terminado la propuesta y Fito ya hacía sus maletas.

Lo demás fue sólo gloria y Rock & Roll. Páez ganó con García la experiencia y roce que necesitaba para consolidarse; tras casi dos años de discos grabados, entre los cuales destacan 'Clics Modernos' y 'Piano Bar', e innumerables presentaciones en vivo, Fito decide iniciar su carrera de solista con 'Del 63' (1984). La crítica nacional de la Argentina vio con buenos ojos el novedoso estilo de Páez, el cual combinaba la potencia y vértigo de Charly, con la conciencia social y fusiones de estilo heredadas de Baglietto. De este disco podemos resaltar la autobiográfica ‘Del 63’, ‘Rojo como un corazón’ (a dúo con Fabián Gallardo), ‘Sable chino’, ‘Tres agujas’ y ‘La rumba del piano’, tema que también sería parte indispensable de su repertorio en conciertos.

Luego del éxito de su primer disco, Páez edita 'Giros' (1985), un álbum con una mejor producción, un trabajo bien realizado donde nuevamente el rosarino demuestra sus conocimientos casi inacabables de estilos musicales, donde incluso destacaron ritmos caribeños, hasta entonces no utilizados por músicos argentinos. Del disco destacan el tema que le da el nombre al álbum, ’11 y 6’, himno flagrante de toda esa generación, ‘Cable a tierra’, preciosa, dramática y esperanzadora; y la ya mítica canción 'Yo vengo a ofrecer mi corazón', inmortalizada tiempo después por Mercedes Sosa.

En 1986, Páez da a luz 'Corazón Clandestino'; la particularidad de esta producción es que sólo fue editada para "Maxi" (Cassettes), por lo que nunca hubo un CD, y además contó con la participación de Caetano Veloso, quien destaca en la versión en portugués de 'La rumba del piano'. El álbum no fue un éxito total pero tanto la canción mencionada como la que da el nombre al disco se convirtieron en hits radiales en poco tiempo.

En el mismo año Fito cumple otro sueño. En una caminata por la Av. Santa Fe, Páez nota a alguien conocido que venía en sentido contrario. Era un tipo alto y desmedidamente flaco, tan flaco que hasta el mismo Fito se sentía turgente y voluminoso. Sus cabellos largos alborotados, sus lentes oscuros, y esa quijada; sí, era él, pero la pregunta cayó por sí sola a la hora de que ambas almas se cruzaban: "¿vos sos vos?", casi al mismo instante, el otro individuo hizo la misma pregunta: "¿ y vos sos vos?"; así comenzó una amistad que se haría inquebrantable, así conoció Fito Páez a Luis Alberto Spinetta, otro ídolo de infancia, otro sueño cumplido que provocaría la grabación de un disco absolutamente auténtico, sin predecesores y sucesores, simplemente único en su especie, empezando por el nombre: 'La, la, la' (1986).

Páez y Spinetta, compartían casi los mismos gustos, sobre todo en música, cine y literatura. Les fascinaba Herzog y Foucault; les fascinaba Marx, y Schopenhaüer; y todo eso lo llevaron a la música, su propio terruño, naciendo el que para mí puede ser el mejor disco en la carrera de ambos artistas donde echaron a andar toda su creatividad. En sí, 'La, la, la' no es un trabajo plenamente a dúo, sino más bien un trabajo con una compilación de canciones escritas independientemente por ambos. Sin embargo nos dejaron una canción compuesta y cantada en sus dos voces, la que para muchos es la mejor del compacto, ‘Hay otra canción’, pero por motivos hasta ahora no muy bien esclarecidos, esta canción no fue incluida en el LP, y tampoco en su reedición en CD. Tuvieron que pasar varios años para que la firma volviera a reeditar el disco, haciendo dos compactos, en el segundo estaría la tan voceada canción.

'La, la, la' es un disco a la medida de dos grandes de la música argentina, con temas bastante pesados y trágicos relatos que posiblemente serían el presagio para lo que vendría después. Por el lado de Spinetta destaco tres temas, 'Cuando el arte ataque', 'Estoy atiborrado con tu amor' y 'Todos estos años de gente' ("frente a los vidrios de un banco / un anciano desfallece / sin nombre"), por el lado de Fito, 'Instan - taneas', 'Dejaste ver tu corazón' y 'Parte del aire', hermoso tema en el que narra el enamoramiento de sus padres sin saber nada de ello ("¿y a dónde voy yo? / no me importa ya / vengo de dos ríos / que dan al mar"), a pura imaginación, y que lo acompañaría a distintos compilatorios más adelante.

Pero ese año no todas las sorpresas serían tan buenas. Mientras estaba en Brasil, Páez recibió una llamada anunciándole la trágica muerte de sus tías, de sus abuelas, y de la empleada que las acompañaba, quien estaba embarazada. La reacción de Páez fue la de desesperarse, sus shows en tierras cariocas fueron cancelados y regresó a Rosario. El asesino fue capturado e identificado como Walter Di Giusti.

(Breve historia de Di Giusti: en sus años de colegio conoció a Fito Páez, quien ya formaba bandas artesanales. Di Giusti tocaba el bajo y en repetidas oportunidades le ofreció su presunto talento a Páez, para integrar alguna de sus bandas. Al parecer Di Giusti no convencía a Páez quien le habría dado más de una negativa. Pasado el tiempo, el asesino había desarrollado una inmensa envidia por Páez, sobre todo al ver el éxito que iba obteniendo a pasos agigantados. No encontró una salida más adecuada para descargar sus más oscuros instintos que llegar a la casa de los Páez, y asesinar a puñaladas a las personas que se encargaron de la crianza de Fito; algo que marcaría para siempre la vida de los ex-compañeros de colegio. Desde entonces Di Giusti estuvo en la cárcel, hasta que se divulgaron rumores de que habría fallecido víctima del SIDA; otros rumores dicen que sigue vivo y que ya estaría libre, pero enfermo en alguna pensión de la ciudad sin facultades físicas necesarias para vivir con normalidad)

Luego de la vorágine del asesinato Fito decide "huir" hacia Tahití. Es ahí donde compone 'Ciudad de Pobres Corazones' (1987), el álbum más sombrío de su carrera, una catarsis hecha música, que derrama ira y sangre por donde se le escuche.

Detrás de la música siempre hay un apoyo; como muchos podrán imaginar, durante la composición de 'Ciudad de Pobres Corazones' Fito recibió varias invitaciones al suicidio, invitaciones rechazadas gracias a la fortaleza del músico y al apoyo incondicional de su compañera sentimental en aquel entonces, Fabiana Cantilo; ex-corista de Charly que terminó siendo el mayor respaldo amoroso de Páez en sus más duros momentos, y que además colaboraba vocalmente en todos los trabajos de Fito, ostentando un talento innato para el canto.

Superado el difícil escollo, Páez volvió a grabar otro disco, esta vez titulado 'Ey' (1988), donde el músico regresaba al mercado musical con una sorpresiva "buena onda". El disco inicia con 'Lejos de Berlín', y la primera frase que escucha es "no más por hoy, de verdad", dándonos una idea de que Fito ya quería dejar atrás sus dramas, para avocarse a vivir la vida de una manera más optimista, algo para lo que la música lo ayudaba mejor que nadie. De este disco se destaca 'Polaroid de locura ordinaria', canción que hoy se ha convertido en un himno para sus seguidores y que es infaltable en sus conciertos. El disco fue dedicado íntegramente a Fabiana Cantilo, las razones son obvias.

Tras un accidentado periplo por Latinoamérica (incluyendo una estafa por parte de un productor venezolano) Fito logró editar su álbum número 7, ‘Tercer Mundo’ (1990); en el que contó con la participación de Cantilo, Charly García, David Lebón (ex vocalista de Serú Girán) y el propio Luís Alberto Spinetta. Disco lleno de idas y vueltas, de donde destacan temas como ‘Y dale alegría a mi corazón’, ‘Fue amor’ y ‘Carabelas nada’, siendo este último en mi opinión el más logrado del álbum.

Fue en la gira promocional de este disco cuando la relación entre Páez y Cantilo iba llegando a un amistoso final. Entre dimes y diretes de la prensa, rumores de infidelidad y demás chismes mediáticos, Fito y Fabi dejaron de ser pareja sentimental para convertirse en una pareja profesional, ya que a pesar del distanciamiento amoroso siguen trabajando juntos en diferentes colaboraciones musicales, manteniendo una buena relación personal.

Un año más tarde Páez conoce a la actriz argentina Cecilia Roth, quien trabajaba en España con Almodóvar. A pesar del encantamiento en el que cayó Fito debido a la actriz, no pudieron hacer público un posible romance, debido a que ella era casada. Tiempo después, luego de su divorcio, la relación se hizo pública y junto a ella el nacimiento del disco más exitoso no sólo de Páez sino del rock argentino: ‘El amor después del amor’ (1992).

Prácticamente todos los temas del disco fueron hits de inacabable demanda en toda América Latina y España, colocando al músico en lo más alto de su carrera; podemos destacar temas como el que da nombre al disco (el cual fue parte de la banda sonora de ‘No se lo digas a nadie’, película peruana internacionalizada que sería filmada tiempo después), ‘Dos días en la vida’, ‘Tumbas de la gloria’, ‘Pétalo de sal’ (a dúo con Spinetta), ‘Un vestido y un amor’ (dedicado a Roth), ‘A rodar la vida’, ‘Detrás del muro de los lamentos’ (donde contó nuevamente con la colaboración de la gran Mercedes Sosa), y ‘La rueda mágica’, tema en el que contó con la participación de Charly García y Andrés Calamaro (gran mérito ya que nunca se llevaron del todo bien) y que se ha convertido en un himno de liberación para los músicos en general.

Fue el disco más rico de la carrera de Páez, tanto en lo musical como en lo económico; de modo que la meta ahora era un poco más alta, el siguiente disco debía superar al anterior, el reto estaba plantado y Fito lanza ‘Circo Beat’ (1994). El disco es netamente maravilloso, pero fueron quizás sus intenciones comerciales las que terminaron haciendo que el álbum vendiera poco más de la mitad del anterior. De aquí se destacan canciones como ‘Mariposa Technicolor’ (tema que no necesita mayores comentarios), ‘Las tardes del sol, las noches del agua’, ‘Circo Beat’, la semi-sinfónica ‘Nada del mundo real’, donde el músico empezaba a explorar planos en los que antes no había caminado, ‘She´s mine’, ‘El jardín donde vuelan los mares’, ‘Tema de Piluso’ y ‘Lo que el viento nunca se llevó’. De todos estos temas fue ‘Mariposa Technicolor’ el que tuvo la virtud de hacerlo más conocido, sobre todo en países que no habían recibido tanto de su música, como el Perú, Bolivia y Ecuador.

Llegó 1996, y la cadena ‘MTV’ empezaba a poner de moda los ya famosos ‘MTV Unplugged’, conciertos acústicos especialmente diseñados con la más alta tecnología para dar un sonido único a cada presentación, lo que también incluía la grabación de un disco compacto y de un DVD. Es decir, todo un paquete comercial con millonarias recompensas, el cual ya habían tomado varios artistas en el mundo entero, con rotundos éxitos. La prestigiosa cadena le hace la esperada propuesta a Páez, pero al no llegar a un acuerdo económico el músico argentino decide hacer una suerte de “Unplugged” pero de manera independiente, rechazando a los estadounidenses. Fue así que inició las coordinaciones con ‘TELEFE’ (conocido canal argentino), y el concierto se llevó a cabo; el resultado fue el disco ‘Euforia’ (1996), un compilado acústico de los mejores temas a lo largo de su trayectoria y la inclusión de tres nuevas joyas: ‘Cadáver exquisito’, ‘Tus regalos deberían de llegar’ (tema del que se dice estaría hablando de la supuesta infertilidad de Cecilia Roth y la frustración de no poder tener hijos con ella) y ‘Dar es dar’, otro de sus himnos más optimistas.

Tras dos años sabáticos Páez regresa al ruedo musical y magistralmente acompañado; haciendo el segundo disco compartido de su historia como solista, nada menos que junto a Joaquín Sabina. El disco fue titulado ‘Enemigos Íntimos’ (1998), en alusión a que desde que se hizo pública su amistad siempre hubo rumores de peleas, por causas que principalmente obedecían al factor “mujeres”, sin embargo, mofándose hábilmente de dichas chácharas, los músicos lanzan a la venta el mencionado compacto, el cual de verdad nos dejó temas de antología; como ‘Llueve sobre mojado’, ‘Cecilia’ (otro tema dedicado a Cecilia Roth), ‘Tengo una muñeca que regala besos’, ‘Yo me bajo en Atocha’, ‘Si volvieran los dragones’, ‘Hasta cuándo’ y el estupendo trabajo, ‘ La canción de los buenos borrachos’. Luego de la grabación de ese CD, volvieron los rumores de un distanciamiento entre los cantautores, pero esta vez fueron confirmados por los mismos, aclarando, eso sí, que fue más que todo por los derechos de autoría y difusión, en buen cristiano, ambos querían que sus egos protagonizaran el éxito del disco, al no soportarse se tuvieron que separar. Felizmente para los fans, lo hicieron después de terminado el álbum, aunque nos siguen debiendo una gira juntos.

(Hagamos un paréntesis. Hasta el momento hemos podido apreciar claramente el ascenso casi exponencial de Páez hacia la élite de la música mundial. Aquí podemos decir varias cosas; para empezar recordemos que en los 80’s Fito tocaba en provincias con Baglietto, luego subió a las nubes de Buenos Aires con García. Posteriormente se hizo solista y de a pocos siguió escalando. Cada vez productores más millonarios le ofrecían contratos. La ‘MTV’ lo invoca y él la rechaza. Vuelve a la música, junto Joaquín Sabina, y aquí hagamos un alto. Hay diferencias entre Baglietto y Sabina. Son diferentes estilos, uno crudo, poético y artesanal, y otro elegante, pletórico y espigadamente elitista. Aquí hay un quiebre, algo que ni el mismo Charly García pudo soportar, digamos que fue un cambio brusco de clase, Fito ya no era el rockero suburbano que tocaba en bares, ahora era un pianista poeta que tocaba en teatros de oro y se codeaba con gente de la más alta sociedad; García, quien nunca cambió sus hábitos, no dudó en decirle a Fito cómo se sentía, quizás algo traicionado y engañado, ¿quién era el verdadero Fito?, ¿el de los cabellos largos y la ropa modesta?, ¿o el de los pianos de charol, los teatros, los sacos y las corbatas “michi”?; y es entonces cuando la relación entre maestro y pupilo decae).

Al no encontrar motivos para volver a la Argentina (Fito, sencillamente, ama a García), Páez sigue conociendo gente importante en el mundo de la música, y llega a su vida Phil Ramone, juntos darían a conocer la nueva producción del músico argentino, ‘Abre’ (1999).

La evolución que muestra este disco en el sonido es evidente, se deja notar desde el comienzo la mano del productor, quien se empeñó en hacer el disco más complejo de Páez en cuanto a ingeniería se refiere, Fito, de paso, le dio su toque maestro con canciones magníficamente elaboradas, como ‘Al lado del camino’ (autobiográfica), ‘La casa desaparecida’, ‘Tu sonrisa inolvidable’ (tema folclórico que cuenta con la participación del guitarrista peruano Lucho Gonzáles), ‘Dos en la ciudad’, ‘Habana’ y la bellísima canción, ‘La despedida’.

Luego de las distintas presentaciones en vivo, en pos de promocionar ‘Abre’, Páez y Roth adoptan un niño, Martín, convirtiéndose en el primer hijo legal de Fito. Poco tiempo después y bajo un gran hermetismo, el músico y la actriz contraen matrimonio. A pesar del asedio de la prensa no se lograron mayores declaraciones, pero se notaba que Fito había encontrado lo que siempre quiso, una familia completa y feliz. En ese contexto de felicidad extrema Páez lanza un nuevo disco, ‘Rey Sol’ (2000).

El disco está repleto de “buena onda” y canciones más pegadas al Rock & Roll; destacando ‘Rey Sol’ (dedicada íntegramente a Martín), ‘El diablo de tu corazón’, ‘Lleva’, ‘Noche en downtown’, ‘The shinning of the sun’, y ‘Regalo de bodas’, este último un hermoso vals en 4/4, donde Páez vuelve a demostrar sus absolutos conocimientos de música clásica.

Sin embargo todo esto cambiaría su órbita, cuando Páez logra producir y dirigir su primer largometraje, titulado ‘Vidas Privadas’ (2001), donde comparte trabajos con su entonces esposa. Por declaraciones de los mismos protagonistas, se sabe que fue en esa misma filmación donde empezó a apagarse la llama del amor entre Fito y Cecilia, tal es así que ella volvió a España a seguir trabajando con Almodóvar, mientras Páez abandonó el departamento donde ambos convivían. En cuanto a Martín se dice que está viviendo actualmente con Roth, aunque la ex pareja siempre intentó, con éxito, alejarlo de las cámaras, por lo que poco más se sabe de él. En el 2002, Páez se vuelve a enamorar, esta vez de una modelo 15 años menor que él, llamada Romina Ricci, quien a su vez también salía de un divorcio.

El siguiente disco de Páez se tituló ‘Naturaleza Sangre’ (2003); un disco potente, algo sórdido (producto quizás de sus recientes experiencias amorosas), desmesurado y pícaro, donde Fito logró, después de algún tiempo, volver a trabajar con Charly García, finiquitando un posible distanciamiento pasado. El disco también cuenta con la participación de Luís Alberto Spinetta y la brasileña Rita Lee. Lo más resaltante del disco son los temas ‘Naturaleza Sangre’ (a dúo con Charly), ‘Insoportable’, ‘Bello Abril’ y ‘El centro de tu corazón’ (ambas a dúo con Spinetta), ‘Los restos de nuestro amor’, ‘Ojos rojos’ (con Rita Lee), ‘Volver a mí’, ‘Oh, nena’ y ‘Música para camaleones’, canción en la que responde a las críticas debido a que “ya no es el mismo Fito de antes”, aduciendo que la música es para personas que se adaptan y no para estatuas inmóviles.

En el 2004 nace Margarita Páez Ricci, su primera hija biológica, producto de su relación con Romina. Ese mismo año Fito lanza ‘Mi vida con ellas’ I y II (2004), ambicioso disco doble en vivo donde compila recitales realizados en varios países, e incluso presentaciones con otros artistas de la talla de Gustavo Cerati, García y Spinetta.

A pesar del éxito y la aparente felicidad con su familia, en el año 2005, Páez y Ricci anuncian a la prensa su separación. Y casi instantáneamente Fito lanza un nuevo disco titulado ‘Moda y Pueblo’, disco sinfónico grabado en estudio, donde el músico se da el lujo de musicalizar un poema de Federico García Lorca, interpretar temas suyos antiguos, como ‘Ámbar Violeta’ y ‘Un vestido y un amor’, y también regalarnos una magistral interpretación de una obra cumbre de García, ‘Desarma y sangra’, haciendo lo mismo cono ‘Muchacha, ojos de papel’, de Spinetta, y con ‘El otro cambio, los que se fueron’ de Litto Nebbia (ex líder de ‘Los Gatos’). Así mismo, incluyó un nuevo tema titulado ‘Las Palabras’.

El 2006 fue otro año bastante movido para Páez; a inicios de ese año volvió a dirigir un largometraje titulado ‘¿De quién es el portaligas?’, y en Setiembre da a luz su nueva producción musical, llamada ‘El mundo cabe en una canción’. El disco es bastante simple en comparación a otros que ostentan más complejidad en las composiciones, pero no por eso podríamos decir que fue malo; los 11 temas narran situaciones vividas e historias creadas, y la verdad es que se trató de una producción bastante distendida, tal es así que uno podría hasta relajarse escuchando una a una las canciones (quizás era lo que Fito necesitaba en ese momento). De la producción podríamos destacar el corte promocional ‘Eso que llevas ahí’, ‘Te aliviará’, ‘Fue por amor’, ‘Entrance’ (donde narra la historia de una muerte por tristeza), ‘La hora del destino’, ‘Enloquecer’ (para mí el mejor tema, dado el contexto del disco), ‘La casa en las estrellas’ y ‘Caminando por Rosario’, como siempre haciendo memoria de su amada ciudad natal. La particularidad de la producción es que al año siguiente Fito Páez recibió el premio ‘Grammy Latino’ a “Mejor disco de Rock en español”.

Ese mismo año, en el 2007, Fito lanza casi “sin que nadie se entere” un nuevo disco, ‘Rodolfo’. El CD tiene la característica principal de haber sido grabado sólo con piano y voz, así de sencillo, con lo que el músico intentó de alguna manera a regresar a sus raíces más esenciales, de ahí parte el nombre del álbum. De aquí destacamos ‘Si es amor’, ‘El cuarto de al lado’, ‘El verdadero amar’, ‘Gracias’, dedicada sus maestros Spinetta, Nebbia y García (quizás pudo haber también mencionado a J.C. Baglietto) y la bella ‘Zamba del cielo’ (“Que suerte que hoy la alegría / tiene tu nombre / y tiene tu piel”). También destacan sus dos temas instrumentales, ‘Nocturno en sol’ y ‘Waltz for Margie’, dedicada a su hija. Un disco único en la carrera de Páez, que además acarreó una gira por todo América Latina, pasando también por el Perú, donde tuve la divina oportunidad de verlo en primera fila; definitivamente una noche inolvidable. En ese mismo año Páez volvió a ganar en los ‘Grammy Latino’, gracias a este magnífico trabajo, como “Mejor álbum de cantautor”.

En Octubre del 2008 se grabó el, hasta ahora, último trabajo discográfico de Páez, titulado ‘No sé si es Baires o Madrid’ (En alusión a la ciudad donde se editó el CD y parafraseando con las líricas de ‘Pétalo de sal’, incluida en ‘El amor después del amor’), grabado en vivo durante su presentación en “El Palacio de los Congresos” en Madrid. El disco es un nuevo compilado de sus mejores temas, incluyendo varios de ‘Rodolfo’, y cuenta con la participación de artistas de la talla de Pablo Milanés, Ariel Roth y Joaquín Sabina, siendo con este último el punto orgásmico del concierto, debido al reencuentro y reconciliación que ambos tendrían, cantando el mítico hit del español, ‘Contigo’.

El CD trae consigo además un DVD donde se aprecia al músico en todo su esplendor, ya como un navegante de la vida, cuajado y maduro, mostrando ya algunas canas y la estupenda acogida española que tiene. A su vez trae material extra donde se pueden ver algunos ensayos previos al concierto, incluyendo el esperado reencuentro con Sabina. Toda una delicia. En Noviembre del 2009 Fito volvería a llevarse el ‘Grammy Latino’ como “Mejor álbum vocal pop masculino”, gracias al mencionado disco en vivo.

Hoy en día Páez trabaja en su ya anunciado próximo álbum, el cual se titulará ‘Confiá’, incluso ya está circulando el primer corte, llamado ‘Tiempo al tiempo’, donde se escucha un Fito con cada vez más ganas de dar lecciones de vida, de una forma estética y optimista; el disco promete, pero nos hará esperar aún hasta mediados de Marzo. En cuanto al amor se dice que Páez estaría teniendo un romance con la actriz Celeste Cid. Y en medio de toda esta gran coyuntura la vida le parece sonreír nuevamente al buen flaco.

Páez es un verdadero genio, un músico que ha vivido todo tipo de experiencias dignas siempre de ser contadas en sus canciones. Un ícono del rock argentino y de la música latina, que cuenta con una notable evolución musical, la cual se trasluce de manera diáfana en su discografía. Recomiendo siempre todos sus discos, quizás soy tan fan que aquí sí me cuesta ser objetivo. Espero que vuelva y vuelva siempre. Y desde aquí le agradezco el riquísimo legado que nos está dejando y que seguramente se convertirá con el tiempo en un verdadero tesoro musical.

Espero que les haya gustado esta biografía, se me hizo extensa, gracias por leer hasta el final.

Un fuerte abrazo y que la música nos siga uniendo.